martes, 9 de noviembre de 2010

Machismo y Chantaje Sentimental.



El machismo, expresión derivada de la palabra macho, es el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas sexistas vejatorias u ofensivas llevadas a cabo en pro del mantenimiento de ordenes sociales en que las mujeres son sometidas o discriminadas. Se considera el machismo como causante principal de comportamientos heterosexistas u homofóbicos e, incluso, homosexuales. Aquella conducta permea distintos niveles de la sociedad desde la niñez temprana hasta la adultez con iniciaciones de fraternidades y otras presiones de los llamados grupos paritarios. Al respecto, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define Machismo como la "Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres".

El machismo engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de conductas percibidas tradicionalmente como heterosexualmente masculinas y, también, discriminatorias contra las mujeres. Algunos críticos consideran también machismo la discriminación contra otros grupos sociales percibidos como más débiles, como en el caso de hombres cuyo comportamiento, por ejemplo por tener una preferencia homosexual, no es "masculino" a los ojos de la persona machista. En todos los casos, la conducta preponderantemente masculina es la dominante.

Causas del machismo.

  • Leyes discriminatorias hacia la mujer.
    • Diferencia de tratamiento en el caso del adulterio: en algunas culturas, el adulterio, o el embarazo previo a la concertación del matrimonio son castigadas con la pena capital.
    • Necesidad del permiso del varón para realizar actividades económicas.
    • Negación del derecho a voto o de otros derechos civiles 
  • Educación machista desde las escuelas y la propia familia, por el cual el proceso de enculturación trata de justificar y continuar el orden social existente. Eso incluye consideración de valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio y la procreación como una forma preferente de autorrealización. Hasta los movimientos de emancipación femenina de este siglo muchas de la mejores escuelas universitarias y profesionales no admitían mujeres como por ejemplo: Princeton, Yale, Harvard, Oxford y Cambridge.
En ciudades como Nueva York, París y Londres, no fue hasta la segunda mitad del siglo XX que les fue permitidas a las mujeres el uso de pantalones en lugares públicos.
  • Discriminación en el ámbito religioso, en países de predominio musulmán, en el cristianismo, en los ortodoxos judíos, en el hinduismo, etc. La Biblia contiene expresiones que son consideradas por algunas corrientes como machistas, por ejemplo, "la esposa de Noé", "las hijas de Lot", "la suegra de Pedro", las cuales son interpretadas como un indicio de posesión, lo cual se acentúa al no mencionar el nombre de estas mujeres del Antiguo Testamento. Otro ejemplo en el Nuevo Testamento es la expresión en la primera epístola de Pablo a los Corintios 14:34 que dice: "Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar".
  • División sexista del trabajo, por el cual se prefieren a otros hombres en puestos decisorios. Originalmente la división sexista se fundamentó en la diferente capacidad física y muscular, en la que los hombres tenían ventaja comparativa; En cambio, en la sociedad actual la fuerza física perdió importancia, mientras que las capacidades intelectivas y las habilidades sociales fueron ganándola, lo que ha contribuido a la incorporación de muchas mujeres al trabajo asalariado. También se refiere a un pago de salario menor a las mujeres que a los hombres a cambio del mismo trabajo. El comportamiento sexista se debe a los prejuicios cognitivos de efecto Halo respecto a la fuerza, efecto de carro ganador, y a otros efectos como falsa vivencia por parte de los que quieren mantenerlo, que más tarde se convierten en falacias de apelar a la tradición, falacia por asociación y generalizaciones apresuradas.
  • Los medios de comunicación y la publicidad sexista, al realzar ciertas conductas o modelos como siendo los más adecuados o típicos de las mujeres.
  • Inseguridad: Este es un elemento a considerar. Algunos psicólogos han mencionado que si el hombre o mujer tienen baja seguridad personal pueden sentirse estasados pueden reaccionar violentamente ante situaciones que consideran amenazadoras



Chantaje Sentimental.


En alguna ocasión hemos sido partícipes de este tipo de manipulación, ya sea como víctima o victimario. Dicha situación se convierte en grave problema si habitualmente representa una estrategia para satisfacer caprichos, lograr objetivos o detener las imposiciones de otros.
Ante ello, es recomendable tomar en cuenta que la mejor forma de frenar al chantajista es no cediendo a sus peticiones. De esta manera, evitaremos la creación de un círculo vicioso, porque si uno es débil, lo único que se consigue es reforzar la conducta nociva de ese individuo, quien aprovechará la situación para conseguir sus fines mediante amenaza, llanto o intimidación.
Por otra parte, si uno es el que tiene la costumbre de manipular a los demás, debe considerarse que con el tiempo esta conducta nos creará conflicto, pues llegará un momento en que las artimañas antes citadas no surtirán efecto, lo que, en consecuencia, hará que ganemos el desprecio de la gente que nos rodea.
Hay que tener presente que cuando una persona accede a las exigencias de la pareja, familiares o amigos sin que realmente quiera hacerlo es común que le invada un sentimiento de culpa, pero de no aceptarlas siente insatisfacción porque cree que les ha fallado. Por tanto, es muy importante aprender a decir no, lo cual en un principio es difícil, pero a la larga es la mejor estrategia para vencer el chantaje.

Hay quienes retiran el habla para ejercer presión, lo cual es característico en personas con problemas afectivos o dificultad para socializar. Interactuar con este tipo de individuos suele ser insoportable, ya que prevalece el temor de que cualquier cosa le moleste y, a manera de castigo, deje de hablarnos. En estos casos, es recomendable responder con indiferencia y controlar la ansiedad de permanecer al lado de él o ella.
Pero eso no es todo, también existe el chantajista denominado autocastigador, que recurre a frases como “si me dejas, me mato”. Se caracteriza por inmadurez emocional y no asume las consecuencias de sus actos, por lo que acostumbra acercarse a gente que se siente responsable de su felicidad, como los padres, hijos o pareja. Para acabar con este tipo de acciones, hay que ignorar las amenazas y enfrentarse al manipulador haciéndole ver que el único responsable de lo que pasa en su vida es él mismo.
Otras personas encuentran formas de presionar a los demás con expresiones como las siguientes: “si me dejas, no volverás a ver a los niños”, “no te vayas, siento que me voy a morir”, “si sigues saliendo con tus amigos, terminamos”, “si no tienes relaciones sexuales conmigo, considérate desempleada”. Ante ello, es indispensable perder el miedo y negarse a complacer al chantajista enfrentándose a éste con valentía.
Tome en cuenta que quienes recurren al chantaje son individuos inseguros y con altos niveles de ansiedad, tienen miedo a sentirse débiles y a las reacciones de los demás, por eso manipulan.



1 comentario:

carlos alberto zendejas rodriguez dijo...

"Bueno" Esto del machismo se puede controlar facil solo que los hombres somos tan tontos que no nos sacamos esas malas ideas de la cabeza pero si nos pusieramos a pensar bien seria diferente esto la verdad menos violencia menos abusos y menos idiotes que es la simple verdad....